Small Data hace referencia a pequeños conjuntos de datos cuyo volumen y formato hace que sean accesibles, entendibles y procesables por una persona o grupo de personas. ¿Quieres profundizar un poco y conocer la diferencia entre Small Data y Big Data?
Más sencillo: el Small Data nos acerca a las “pequeñas pistas que nos advierten de las grandes tendencias”. Así lo describe Martin Lindstrom, considerado como uno de pensadores de negocios más importantes e influyentes del mundo (la revista TIME lo ha incluido entre las 100 personas de mayor influencia global). Este autor, a partir del Small Data, analiza cómo la percepción profunda del consumidor puede hacer o deshacer una organización: entender los deseos y comportamientos de los consumidores para desarrollar productos innovadores, marcas exitosas y experiencias de valor.
¿Puede una vieja zapatilla de deporte inspirar una revolución empresarial? Sí, es posible. Martin Landstrom cuenta cómo en 2003 la compañía Lego estaba al borde de la quiebra, por lo que decidió entrar en los domicilios de sus consumidores para descubrir de primera mano qué les interesaba. Una de estas entrevistas la mantuvieron con un niño de 11 años, quien, preguntado por aquello de lo que se sentía más orgulloso, señaló sus viejas zapatillas de deporte. ¿Por qué? Porque demostraban su habilidad como skater. De aquí dedujo Lego que los jóvenes querían retos, así que redujo el tamaño de los bloques y hoy es una compañía solvente. ¿Sorprendente? El ejemplo que da Landstrom es una prueba del poder del Small Data: construir grandes ideas a partir de la observación de pequeños conjuntos de datos.
Si hoy te sientes inspirado, echa un vistazo a tu alrededor, ¿qué te llama la atención? ¿Ves una posible gran idea?
El tamaño no es lo más importante
Cuanto mayor sea una base de datos, mejor… ¿no? Pues la respuesta es que, sencillamente, depende. Vamos a explicarlo en detalle.
En primer lugar, tener una base de datos amplia resulta muy interesante para analizar comportamientos y desarrollar patrones de predicción a gran escala. Esto es lo que se conoce como Big Data, es decir, un conjunto de datos cuyo volumen, variedad y velocidad de crecimiento dificultan su gestión e interpretación. Para exprimir las posibilidades del Big Data y obtener resultados procesables, las empresas deben invertir en sistemas complejos de almacenamiento, además de tener recursos materiales y humanos capaces de gestionar e interpretar esta amplia cantidad de datos.
Por su parte, el Small Data no abarca las grandes correlaciones de datos que ofrece el Big Data, pero permite análisis cualitativos sobre la base de estudios de conjuntos de datos (pequeñas pistas, según Martin Lindstrom) que, estructurados y bien analizados, pueden conducir a las empresas a conocer las razones de determinados comportamientos por parte de clientes y públicos objetivos.
Estas estrategias de data mining o minería de datos permiten descubrir oportunidades y tendencias para convertirlas en productos, servicios y soluciones específicas. Un objetivo que se acerca, en algunos casos, a los resultados obtenidos por el Big Data, pero que, además, requiere una inversión de tiempo y unos costes financieros menores.
¿Significa esto que el Small Data es mejor que el Big Data? ¡En absoluto! Significa que, hablando de bases de datos, lo más importante no es su tamaño, sino saber utilizarlas. Resulta fundamental entender las necesidades de la empresa y buscar las estrategias de análisis de datos que resultan más eficaces y rentables. En este caso, el Small Data ofrece un análisis cualitativo y específico que no obtienes con el Big Data.
Pequeños datos, grandes decisiones
“Alrededor del 70% de las grandes innovaciones tuvieron su origen en datos pequeños”. Así lo recoge el análisis Todo sobre el small data publicado por Iberdrola que, además, subraya que “la metodología específica del Small Data se centra en identificar las oportunidades para la eficiencia de los procesos y la relación con los clientes, aportando las causas, razones y emociones ligadas a los clientes”.
¿Es útil esta metodología? Según el World Economic Forum, el Small Data permite, entre otras cosas, detectar las necesidades reales de los clientes y anticiparse a sus demandas, investigar la mejor forma de crecer en un mercado específico, mejorar las experiencias de los usuarios o mejorar los productos a partir de la escucha activa de los consumidores. Muchas posibilidades distintas que, combinadas entre sí, permiten tomar grandes decisiones estratégicas.
Algunos expertos, incluso, señalan que, frente a la popularización del Big Data, es el análisis de pequeños conjuntos de datos lo que aporta valor añadido a las decisiones empresariales. ¿Sorprendente? Este artículo de Open Mind BBVA resalta la importancia de un ‘ecosistema de Small Data’ y afirma: “la oportunidad real no está en el Big Data, sino en el Small Data. No en el gran sistema centralizado, sino en la discusión de los datos descentralizados. No en un anillo que lo gobierne todo, sino en las pequeñas piezas ligeramente unidas”.