Revisar los likes en redes sociales, navegar un rato por las noticias o leer este post. ¿Sencillo? En absoluto: más de 3000 millones de personas en el mundo no tienen acceso a internet (aproximadamente, la mitad de la población). Es decir, mientras alguien ve el último capítulo de 'La casa de papel', otra persona, incluso de su mismo país, ni siquiera puede abrir el mail. Esta distancia se conoce como ‘brecha digital’, y se puede superar.
Reducir la brecha digital es uno de los grandes retos del momento. Millones de personas no tienen acceso a las herramientas tecnológicas que, hoy en día, se consideran básicas: un ordenador con una conexión estable a internet o un teléfono con capacidad para usar aplicaciones como WhatsApp. No tener acceso significa que una buena parte de la población se queda atrás en el aprendizaje de nuevas competencias y habilidades digitales. Incluso las más cotidianas: preguntarle a Google, cotillear en Facebook, buscar empleo…
En España, aún existen 13 millones de personas sin acceso a la red o con uno de baja calidad.
¿Qué es la brecha digital?
La brecha digital es, por tanto, la desigualdad creciente entre personas en el acceso a los recursos y servicios tecnológicos, así como en el posible desarrollo de las habilidades fundamentales para el día a día. Veamos los datos: según
la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), más del 85% de la población tiene acceso a internet en las regiones desarrolladas (Europa o América del Norte), pero en África, por ejemplo, menos del 40% tiene conexión.
¿Y dentro de cada país? Más brechas: la zona geográfica (especialmente campo-ciudad), los recursos económicos e incluso otra vez el género, son factores que amplían las desigualdades de acceso a internet y alfabetización digital.
Si esto era un tema urgente hace un año, ¿imaginas cómo está la situación tras la COVID-19? El confinamiento, el aumento de las horas de teletrabajo, las necesidades de conciliación o el desarrollo de la educación a distancia hace de la brecha digital un problema que no puede esperar más.
¿Cómo reducir la brecha digital?
No existe una medida mágica que, de un día para el otro, ponga fin a la brecha digital. Tampoco existe una estrategia única, ni mucho menos una única institución que pueda resolver el problema por completo. Reducir la brecha digital necesita colaboración y aplicación de medidas desde distintos sectores.
- Inversión en infraestructuras. Donde no existen infraestructuras digitales es imposible construir competencias digitales reales. Muchos territorios no tienen acceso a internet y, en muchos otros, el acceso es realmente limitado. Sin embargo, ampliar la cobertura tecnológica permitiría que muchas personas buscasen espacios de trabajo y teletrabajo más allá de la ciudad. Construir infraestructuras de calidad es, de hecho, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible promovidos por la ONU.
- Educación digital de calidad. La formación en competencias digitales es, sin duda, una de las grandes bazas para reducir la brecha digital. Una medida que, además, puede aplicarse dentro de distintos territorios a partir de propuestas tan sencillas como plantear programas formativos para personas sin recursos, enseñar competencias básicas a personas mayores y sectores que no han crecido ‘pegados’ a un ordenador o favorecer el uso de plataformas formativas online.
- Facilitar el acceso a la tecnología. Existen distintos proyectos impulsados por entidades públicas y privadas para favorecer el acceso a la tecnología: redes wifi, acceso gratuito a internet o aumento de la velocidad de conexión, entre otros.
- Personal digital cualificado. Para reducir la brecha digital también es fundamental contar con profesionales capaces de gestionar los nuevos desarrollos tecnológicos y, especialmente, compartir el conocimiento y el know-how con otras personas. Los nuevos usos y rutinas digitales exigen personas que dominen el entorno y sepan gestionarlo de forma adecuada.
Vamos a ponerlo de forma más clara. Para reducir la brecha digital, se necesita cobertura de internet (fibra óptica, wifi, lo que sea); saber moverse por la web para cosas tan básicas como mandar un mail o buscar qué tiempo va a hacer mañana; contar, por un supuesto, con un dispositivo para conectarse; y tener a mano a profesionales tech y Expertos Digitales que muestren las infinitas posibilidades que hay en un clic. No parece tan difícil, ¿verdad?